De PIVEs, PIBEs y atascos

coches-trafico--644x362Los atascos son una muestra de que nuestra sociedad no ha avanzado tanto como pensamos. Una evidencia más de que no somos tan listos como nos creemos. Una especie de cura de humildad. Podemos tener un aparato electrónico que pese menos que una  pluma capaz de hacer vídeos de gran calidad y compartirlos para que los vea al instante un señor en Japón. Pero también somos capaces de tardar una hora en hacer un recorrido de 25 kilómetros en autovía.

Sin embargo, pese a estos “inconvenientes” del tráfico habituales sobre todo en las grandes ciudades,  no se plantea un debate político serio donde se ponga en cuestión  la aparentemente inquebrantable  hegemonía total del coche, en concreto de su uso privado, ante los graves problemas de movilidad que ocasiona y la contaminación que genera.

Todo lo contrario, los gobernantes fomentan de forma clara el vehículo privado como principal medio de transporte. En el ámbito local subiendo las tarifas del transporte público, reduciendo su frecuencia o marginando al ciclista,  y en el nacional incentivando la compra de coches mediante iniciativas  como el plan PIVE (Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente). Por no hablar del chorreo de dinero que las administraciones inyectan a las firmas automovilísticas cuando estas insinúan la posibilidad de trasladar sus centros de producción a otros países en aras de la competitividad.  En 2012 se concedieron en España 212 millones de euros en ayudas públicas al sector de la automoción repartidas en 116 empresas, lo que por lo visto no es suficiente para que algunas de ellas eviten los ERES.

Por eso no es extraño que surjan reivindicaciones como la de www.ecomovilidad.net , a quien no le falta razón cuando solicita al gobierno un plan PIVE para bicicletas eléctricas, si lo que busca con estas ayudas, como dice, es mejorar la eficiencia de los vehículos, disminuir la accidentalidad y la contaminación. Lo que en realidad sería un “plan PIBE” (Programa de Incentivo a la Bicicleta Eléctrica). La propuesta tal vez peque de demasiado inocente: ¡con lo que les gusta a nuestros políticos ponerse la bata y hacerse la foto en la factoría de turno!