Mientras todavía algunos se indignan cuando se restringe al tráfico en el centro de las ciudades debido a la elevada contaminación, estos días hemos conocido un preocupante informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA): 400.000 personas murieron en la UE en 2014 como consecuencia de la mala calidad del aire. En España fueron 31.000.
La Escuela de Medicina del Monte Sinaí, en Estados Unidos, en el mayor estudio científico sobre contaminación, que se acaba de publicar en la revista Lancet, afirma que una de cada seis muertes en el mundo se produce por la contaminación ambiental, que además del aire incluye el agua, el suelo y los productos químicos que nos rodean. De los 9 millones de personas que murieron a causa de la contaminación en 2015, 6,5 lo hicieron por su exposición al aire contaminado. En España, el estudio señala que es la causante del 4% de la mortalidad.
Volviendo a los datos de la AEMA, 8 de cada 10 muertes causadas por la contaminación del aire se atribuyen a las partículas en suspensión. El resto las originan el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico (03). Entre las enfermedades que provocan se encuentran las respiratorias como el asma, pulmonares, ataques al corazón, derrames cerebrales y cáncer.
Aunque afortunadamente España está por debajo de la media de la UE en contaminación del aire por las sustancias mencionadas, ciudades como Barcelona y Madrid rompen la media y se sitúan entre las más contaminadas de la UE. En su mayor medida, las emisiones contaminantes que dañan la calidad del aire provienen del transporte, la agricultura, las centrales eléctricas, la industria y los hogares.