La crisis va por mesas

686816-002.jpgLa crisis no es que vaya por barrios, lo hace incluso por mesas dentro de un mismo edificio. En las sede de una misma empresa, por ejemplo, puede darse el caso que convivan personas a las que les ha pintado muy bien en estos tiempos convulsos y otras, sentadas a unos pocos metros de distancia, que han perdido mucho, demasiado mejor dicho. Con una diferencia, en el caso de los primeros se traduce en un aumento de ceros en su cuenta corriente hasta cifras mareantes, casi diríamos vergonzosas; sin embargo por lo que respecta a los segundos, mayoría, significa no poder pagar el alquiler, volver a casa de sus padres o  ingresar en el paro con nada halagüeñas expectativas de futuro.  Llegar el lunes al tajo y ver que un compañero ya no está, que salió de la oficina acompañado de un vigilante de seguridad cuando no quedaba nadie, ya forma parte de lo cotidiano en el entorno laboral.

En el último semestre de 2013 las empresas del Ibex 35 recortaron un 9,5% sus plantillas; sin embargo los sueldos de sus directivos crecieron un 3,5%. Otro dato: los consejeros ejecutivos mejor pagados de las compañías del Ibex 35 ganaron de media 75,5 veces más que sus plantillas en 2013. Pero estas diferencias de las que hablamos no son solo propias de las grandes empresas. Nadie renuncia a un trozo más grande del pastel, en forma de bonus, pluses, etc aunque esté saciado y en la planta de abajo varios de sus compañeros tengan la soga al cuello. Cuando precisamente los dirigentes deberían asumir su responsabilidad por la situación que ha conducido a esos recortes.

No son pocas las empresas cuyos directivos no tienen reparos en aumentarse los emolumentos mientras despiden empleados o les condenan a la precariedad, que alardean en la prensa, en su web o  redes sociales de su responsabilidad social. Por su puesto, con su buen coro de palmeros. Sus dirigentes, faltaría plus (qué ironía) son admirados referentes en gestión empresarial e invitados a foros de innovación, emprendedores o lo que se tercie donde son presentados como modelos de éxito. Así que nada, sigamos imitándoles y aplaudiendo.

 

 

 

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