Las grandes empresas salen airosas

La desigualdad de trato fiscal respecto a las grandes empresas es desde hace años motivo de queja de los pequeños empresarios, quienes consideran un desagravio habida cuenta de las posibilidades de unos y otros.

Ahora, tras la reforma del IRPF del nuevo gobierno, que carga el peso para equilibrar el déficit en las clases medias asalariadas, y deja a las grandes compañías indemnes son éstas las que también tienen argumentos para enfadarse.

Sobre todo, después de conocer que una multinacional tiributa por Sociedades al mismo tipo que un contribuyente medio, según explica Cinco Días. De este modo, un contribuyente con una base imponible de 33.000 euros tributa por IRPF a un tipo efectivo del 16,3%, más o menos lo mismo que una empresa con una cifra de negocios superior a 1000 en el impuesto de sociedades. No es de extrañar así que casi el 43% de la recaudación de la Administración central provenga del IRPF, mientras que las empresas no llegan al 10%.

La injusticia es mayor si tenemos en cuenta que, como señala la Asociación de Técnicos de Hacienda, subir los impuestos un 5% a las grandes empresas -las que tienen más de un millón de euros de beneficios- hubiera aportado a las arcas del Estado casi lo mismo que lo que lo harán el primer paquete de medidas de ajuste puesto en marcha por el gobierno de Rajoy.

Si  ello añadimosque las sicav han salido también indemnes de las medidas anticrisis y que el fraude fiscal -en su gran parte procendente de las grandes empresas- esté tan extendido, el cabreo de los asalariados, cuyo poder adquisitivo se va a ver mermado, es comprensible. Ellos, junto a pensionistas, van a aportar el 80% de lo que el nuevo gobierno pretende recaudar con el nuevo reglamento impositivo.

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