Emisiones engañosas

gasesRaro es el caso hoy en día en el que las campañas publicitarias de coches no proclamen sus bajas emisiones de dióxido de carbono ( CO2). Tampoco son pocos los modelos que se ponen el apellido de “eco” o “green”, como si en vez de humo su tubo de escape desprendiera colonia. El sector del transporte, especialmente el del automóvil, es el principal causante de las emisiones de CO2,  el más común de los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento climático.

Por este motivo, los fabricantes tratan de sacar al mercado vehículos con motores menos contaminantes, y en sus campañas publicitarias intentan atraer al consumidor más sensibilizado con el medio ambiente, destacando lo respetuoso con el entorno que es el coche que acaban de sacar al mercado.

Sin embargo, esta semana hemos sabido que las marcas anuncian unas emisiones bastante menores de lo que realmente son. Así lo han denunciado varias organizaciones de consumidores europeas, entre ellas la OCU. Las diferencias que han encontrado en sus análisis oscilan entre un 17%  para el Mazda 3 y un 45% para el Toyota Yaris híbrido.

El informe también señala que las marcas cada vez mienten más en este apartado, puesto que la diferencia entre las cifras anunciadas y las reales ha pasado del 10% en 2011 al 25% en 2012. Además, acusa a los fabricantes de emplear todo tipo de tretas para obtener mejores resultados en las pruebas de homologación, como hinchar los neumáticos mucho más de lo normal o utilizarlos de baja resistencia a la rodadura.

Así que a quienes les preocupe las emisiones de CO2 a la hora de adquirir un vehículo, que sepan que han de añadir un porcentaje a lo que le dice el fabricante. Y que en unos casos se miente más que otros.