Junto a la quesería Cantagrullas asoman estos días calabacines, tomates, pepinos, pimientos… Algunos podrían pensar al ver la huerta que el reconocido artesano del queso de Ramiro está emulando a esos chefs que al lado de su restaurante cultivan los productos que después servirán como materia prima de sus creaciones culinarias “¿Estará experimentando?” “¿Con qué nos sorprenderá esta vez Rubén Valbuena?”
No. No van por ahí los tiros -al menos que sepamos-. Las hortalizas y verduras que prosperan en verdes hileras en la Granja Cantagrullas son fruto de una iniciativa que combina desarrollo local e inserción en el mundo laboral de personas en riesgo de exclusión, impulsada a tres bandas por la quesería vallisoletana, el Ayuntamiento de Rueda y la asociación FEAFES Valladolid “El Puente”.
A lo largo del último año 11 personas con discapacidad por enfermedad mental pertenecientes a las poblaciones de Olmedo, Alaejos, Nava del Rey, Medina del Campo y Villanueva de Duero han tenido la oportunidad de formarse en un oficio en contacto con la naturaleza. Varios días a la semana ha acudido ilusionados a trabajar en la huerta, a la que llegaban en una furgoneta proporcionada por el Ayuntamiento de Rueda que les recogía en sus respectivos pueblos. Durante este tiempo han aprendido a realizar tareas de acondicionamiento de la tierra, sembrado y cuidado de distintas variedades de verduras y hortalizas. Y ahora ha llegado el momento de recoger la cosecha.
Las verduras y hortalizas las venden en el mercado de Rueda. Mercedes López, directora técnica de FEAFES, asegura que gracias a esta iniciativa los participantes se han dado cuenta de que pueden realizar actividad es productivas. . ” El objetivo es que el dinero obtenido les sirva como un pequeño incentivo y nos permita a su vez potenciar el huerto para poder conseguir un empleo estable para al menos dos personas con discapacidad a media jornada“. Para ello resulta primordial vender la producción.
Por su parte, Granja Cantagrullas, quiere demostrar con esta iniciativa, para la que ha cedido el terreno, las semillas, las herramientas así como el asesoramiento y apoyo de su personal, “que todas las personas debidamente preparadas pueden desarrollar una tarea profesional“.
“Para nosotros ha sido la primera experiencia con personas con enfermedad mental y está siendo sensacional desde varios puntos de vista. Una de nuestras motivaciones era contribuir en la medida de nuestras posibilidades a poner una sonrisa en el rostro de los vecinos de nuestra comarca. Estas personas se sienten felices por el hecho de realizar una actividad laboral, dentro de una iniciativa empresarial, lo que nos hace sentirnos muy bien, tanto a nosotros como al resto de entidades colaboradoras“, concluye Rubén Valbuena desde Cantagrullas.